Detrás de cada acción no saludable, existe una versión más joven de ti, haciendo lo mejor posible por sobrevivir y has llevado estas heridas contigo durante tanto tiempo… Ahora es el momento de liberarlas ♥.
Cada uno de nosotros ha desarrollado estrategias de supervivencia desde una edad temprana, a menudo inconscientemente, para enfrentar situaciones difíciles. Estas acciones y mecanismos, aunque inicialmente necesarios, pueden convertirse en cargas pesadas que llevamos en la adultez.
Para liberar heridas es crucial reconocer que estas estrategias surgieron en un intento de protegerte en momentos en los que podrías no haber tenido recursos o apoyo suficientes. Tu versión más joven hizo lo mejor que pudo con lo que tenía disponible.
En tu proceso de autocuidado y crecimiento personal, es hora de ver esas capas y liberar las heridas que has llevado contigo.
Pasos para iniciar a sanar
Comparto contigo algunos pasos para comenzar este proceso de sanación:
- Autoconciencia profunda:
Tómate el tiempo para reflexionar sobre tus patrones de comportamiento actuales. ¿Cuáles son esos mecanismos de adaptación que has utilizado durante mucho tiempo? Identificarlos es el primer paso para liberar su poder sobre ti. - Comprende la raíz:
Explora el origen de estos mecanismos. ¿Cuándo y por qué comenzaron a formarse? Conectar con la versión más joven de ti te permite entender las circunstancias que llevaron a la creación de estas defensas. - Abraza la autocompasión:
Reconoce que, en aquel momento, hiciste lo mejor que pudiste con los recursos disponibles. Abraza a tu Yo más joven con compasión y amor. Este acto de autocompasión es esencial para el proceso de liberación. - Busca apoyo profesional:
La terapia puede ser un recurso valioso en tu proceso. Un profesional puede proporcionar orientación, herramientas y un espacio seguro para explorar y liberar las heridas emocionales. - Prácticas de autocuidado:
Incorpora prácticas de autocuidado que fomenten la sanación, como la meditación, la escritura reflexiva o actividades que generen alegría en tí. Estas prácticas nutren tanto a tu Yo presente como a tu Yo más joven. - Celebra tu progreso:
Celebra cada paso que tomes hacia la liberación. El proceso puede ser desafiante, pero cada avance merece reconocimiento y celebración.
Al liberar las heridas del pasado, permites que tu auténtico Yo brille con más claridad. La sanación no solo es posible, sino un regalo que te haces a ti mismo. Es hora de abrazar la plenitud y vivir desde un lugar de autenticidad y amor propio.
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