A menudo, la idea de ir a terapia está envuelta en un halo de estigma o se asocia erróneamente con problemas graves. Dicen que “a terapia no van los locos sino quienes tienen la madurez para hacerse cargo de sus emociones”. Esta es una herramienta valiosa para todos, independientemente de si estás atravesando una crisis, tienes algún problema grande, uno pequeño, si quieres mejorar tu calidad de vida, o sólo con alguien.
¿Por qué la terapia no es solo para los “locos”?
La salud mental es de suma importancia, es tan importante como la salud física; al igual que visitas al médico cuando te duele la cabeza o tienes fiebre, acudir a un psicólogo puede ayudarte a cuidar tu mente. La terapia es un espacio seguro donde puedes explorar tus pensamientos, emociones y comportamientos, sin miedo a ser juzgado. Esta ofrece numerosos beneficios: te ayuda a conocerte mejor, a comprender tus patrones de pensamiento y de comportamiento. Asistir consultas puede ayudarte a alcanzar ese potencial que deseas.
Rompiendo mitos
Es importante romper algunos mitos sobre la terapia psicológica:
- “La terapia es solo para personas con problemas graves: Falso; esta puede ser beneficiosa para cualquier persona que desee crecer y mejorar su bienestar emocional.
- “Soy fuerte, no necesito ayuda”: Buscar ayuda no es una señal de debilidad, sino de fortaleza.
- “La terapia es cara”: Existen diferentes opciones y muchos profesionales ofrecen tarifas accesibles o trabajan con aseguradoras.
La terapia puede ser muy favorable si deseas mejorar tu bienestar emocional. Te puede ayudar a comprender y gestionar tus emociones, a cambiar patrones de pensamiento negativos, y a orientarte para resolver problemas.
¿Cuándo considerar asistir a terapia?
La decisión de iniciar es personal y depende de ti. Algunos signos que pueden indicar que sería beneficioso buscar ayuda profesional rápidamente son:
- Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad o soledad.
- Cambios en tu vida que pueden ser abrumadores.
- Dificultad para concentrarte o tomar decisiones.
- Problemas en las relaciones interpersonales.
- Cambios significativos en tus patrones de sueño o de alimentación.
- Abuso de sustancias.
- Pensamientos suicidas.
La consulta psicológica es una inversión en tu salud mental y emocional. Al igual que cuidas tu cuerpo con una dieta saludable y con ejercicio, también debes cuidar tu mente. Recuerda, como decía Décimo Junio Juvenal, “mente sana en un cuerpo sano”. Si estás considerando iniciar terapia, te animo a dar el primer paso y hacer una cita en aquí o con cualquier otro terapeuta.
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